martes, 24 de abril de 2012

El mejor amigo del hombre.

Bueno, antes de todo, disculparme de nuevo por tardar tanto en actualizar, sobretodo ahora que alguien me dejó un comentario pidiéndome entradas más a menudo... ¡que ilusión me ha hecho! Confío en que a parte de divertirse o gustarle cómo escribo a esa persona -que ahora está leyendo ésto- le ponga también caliente lo que cuento y se haya corrido a mi salud.

En fin, hacía tiempo que no salía pero anoche me di una vuelta con unos colegas, y entre rayita y rayita de speed he vuelto a casita mas caliente que una mona. Me ha gustado la media hora larga que  he tenido que andar hasta mi barrio sacarme los huevos por fuera de los calzoncillos y desabrocharme la bragueta. Llevaba en ese momento tanto speed que no se me ha puesto dura pero el airecillo en el rabo estaba bien, y mentalmente me estaba poniendo como un burro. Al cruzar uno de los puentes que hay en mi ciudad me he sacado la polla directamente por fuera de la bragueta y he andado un rato así, deseando que alguien con insomnio desde un balcón me viera pasar con el cimbrel al aire.

Pero eso es lo de menos... hoy os voy a hablar del mejor amigo del hombre, que no es su rabo, sino el perro. Estaba buscando porno por internet cuando he llegado de casualidad a este vídeo, y me ha encantado: un hombre enculando a su perro. Al principio no se ve mucho, lo estaba mirando más por morbo que porque me excitara, pero a los 0:50" segundos... ahhhhhn he flipado. Miradlo, mirad como coge al perro por detrás y lo ensarta con facilidad. El perro, con cara de gusto, se deja hacer mientras el tío empieza a empollarlo, dándole caña hasta los huevos. Me ha excitado mucho mucho, se me ha puesto dura a reventar, y el final ha sido apoteósico, cuando el hombre saca su cipote del culo del perro y empieza a eyacular, el perro se gira y con avaricia empieza a lamerle el capullo y los goterones de leche que le caen... lo describo  ahora y se me pone dura otra vez. Es lo más morboso que he visto en mucho tiempo, tanto que he vuelto para atrás el vídeo como diez veces, empezando en los 0:50" segundos y deleitándome con la folllada. Joder, vamos a verlo juntos y sigo escribiendo...



Es que es superior a mí, me la estoy volviendo a machacar, escribiendo para variar con una mano y en la otra bien agarradito mi rabo, que tanto placer me da. Cuando lo he visto esta noche me he pegado una corrida que casi me revienta la polla, los lechazos han llegado a la pared de enfrente. Cómo me gustaría ser el perro, pero sobretodo, como me gustaría follarme así a ese perro, endiñarle toda la polla hasta el fondo y correrme después en su boca...

Muchas veces he practicado la zoofilia. Yo creo que quien más quien menos de adolescente a jugado con su perrito. La lástima es que yo nunca penetré a ningún perro, me daba miedo hacerle daño, pero por supuesto, si me han lamido la polla. Empecé, no se, con trece o catorce años. Como sabéis, era un niño bastante depravado, sin el sentido común de ahora que me hace ver algunas cosas de otra manera. Mi abuela tenía una perra y mis padres otra. Era cuestión de tiempo que el treceañero salido se la hiciera chupar por sus mascotas...

La mayoría de las veces me ponía mermelada, una mermelada de naranja amarga que le encanta a mi madre y que a la perreta de mi casa le volvía loca. Sumergía mi pollita de nene dentro del tarro y me la untaba bien, y sólo tenía que quedarme de pie. El animal, claro, olisqueaba y se me ponía a darme unos lametones que veía el cielo. Yo me la sujetaba por la base para que no se me moviera mucho con los achuchones y así ella podía darle a la lengua. Como mé gustaba entreaabrirle los dientes con el capullo y endiñarle polla por la boca. Cuando veía que me quedaba sin mermelada en el rabo lo volvía a meter en el tarro y vuelta a empezar, así hasta que estaba tan excitado que me la machacaba llegando al orgasmo con la lenguecita aspera de la perrita rodeándome el capullo. Con la perra de mis abuelos era la misma técnica, aunque ésta era más cariñosa o más puta o vete a saber pero no necesitaba tanto añadido, me sacaba el rabo y le daba a base de bien. Lamía y lamía y no parecía cansarse nunca, yo mientras le acariciaba la cabecita y sus dientes a veces me arañaban y me daba un gustazo que no veas. A ésta en concreto, a la de mi abuela, recuerdo que me daba de vez en cuando por acariciarle el coño, incluso una vez empecé a chupárselo, pero no me excitaba especialmente así que pronto me dediqué a recibir placer solamente. Claro, también me untaba por los huevos y era una pasada porque chupaba inconscientemente, sin cuidado, y me hacia bailar los cojones con cada lenguetazo y me daba un miedo morboso que me mordiera los huevos, lo cual me ponía más caliente. Luego, como digo, me corría ayudándome con la mano mientras chupaban, llenándoles la carita y el pelo de lefa, ellas lamiendo con más ahínco la mezcla de leche de mis pelotas y mermelada, que parecía que les gustaba el sabor.


En fin, me ha ido a temporadas lo de que los perros te la chupen, primero porque luego muchas veces me sentía culpable y porque no se, después de una temporada me daba por otra cosa. Pero recuerdo que cuando tenía ya 23 o 24 años, le regalé a la la que era mi novia entonces un perrete. Vivíamos juntos desde hacía unos meses (nosotros llevábamos como tres años de relación, algún día contaré las cosas que he hecho con ella) así que el perrete fue un poco de los dos.


Y hete aquí que un día que estaba yo calentito, me dije "Perro, pequeño, cariño, ven aquí que te vas a empachar de polla". Ay... ese perrete si fue todo un descubrimiento. Quizá porque era muy joven, unos meses, o porque le fuera el mambo o por lo que fuera, mi perrete no se contentaba con chupar y lamer la nocilla o la mermelada o la miel que le pusiera. Mi perrete se metía mi cuarto de kilo de polla en barra hasta la garganta, y jugaba con ella. ¿Por qué lo hacía? Ni idea, tal vez un recuerdo de cuando mamaba de su madre y sacaba otro tipo de leche, pero el caso es que lo hacía. También chupaba, y mordisqueaba, pero la primera vez que vi mi polla enterrada en el morro de mi pequeño perro no lo pude evitar y me corrí en segundos. Recuerdo que le sostuve la cabecita porque por nada del mundo hubiera dejado que sacara de allí mi rabo mientras chorreaba lefa hasta su garganta. Luego, el pobre, seguía lamiendo por mi polla, mis cojones y mis piernas, buscando cualquier mínimo rastro de leche, pero de la de polla. Si ahora yo era un poco el sustituto de su madre, lo iba a ser en todo. Mi niño no se iba a quedar sin mamar y sin su ración de leche calentita recién eyaculada.

Además, con él probé muchas veces algo que no había hecho antes con las otras perras, que es que me comiera el culo. Me untaba nocilla por el agujero, me dilataba y metía una cuchara sopera de nocilla y me ponía a cuatro patas. El animalet, como si mi culo fuera su comedero, se acercaba contento y se ponía as lamer, empujar y entresacar de mi culito todo aquél dulce. Fueron mis primeras comidas de culo, pues ninguna persona me lo había hecho aún, y eran maravillosas, que gustazo su lengua abriéndome el agujero, me metía la nariz y empujaba con el morro y me lo abría... menudas corridas de polla me pegaba, a cuatro patas, abierto de piernas, mientras el perrete chupaba por todos lados...

A mí me gustaba acariciarle los huevos, conforme se fue haciendo mayor me gustaban más, eran grandes y oscuros, se tumbaba en el sofá boca arriba y mientras yo veía la tele masajeaba los cojones de mi perro. La polla se la tocaba a veces, pero no me gustaba su aspecto, era fea de cojones, así que la dejaba estar.

Más de una vez me pensé muy seriamente dejarme encular por él, pero tenía mucho miedo a no poder controlarlo y que me hiciera daño, así que nunca he sido follado por un perro. Y como he dicho arriba, aunque muchas veces pensé en ser yo quién se los follara, ninguno de los perros con los que me he divertido era lo bastante grande para aguantar mi rabo, creo. No quería arriesgarme a hacerles daño o que se mosquearan y me lo hicieran a mí. Lo de lamerme el culo, los huevos y la polla, al fin y al cabo, no les hace daño...

En fin, con esa chica rompí, se llevó el perro y trozos de mi vida y mis recuerdos, y a otra cosa, mariposa. Ahora tengo yo una perrita de tres años, pero apenas recuerdo haber intentado nunca nada con ella, igual alguna vez me suena haberle acercado la polla pero ya está. No se, a esta la quiero como a una hija y me siento un poco mal. O puede que ya sea mayor, no sé...

Pero claro, también es verdad que hacía muuuucho tiempo que no pensaba en la zoofilia, pero es que hoy... ese vídeo y otros que he estado viendo me han calentado mucho, he intentado como desesperado que me la chupara en el momento que más duro estaba, como no estaba por la labor porque estaba sobadísima -era madrugada- le estado pasando el rabo por toda la carita mientras se me hinchaba más y más... y joder, seré sincero: quiero enculármela. No me quito de la cabeza el vídeo ése, cuando esta mañana me he ido a pasear a la perreta, he visto a un perro grandote, con unos cojones enormes y una buena polla y me he puesto cachondo, se me ha puesto dura y eso que ya llevaba un par de corridas y el speed, pero lo miraba sentado en el parque, miraba su culo... joder. Pero es que mi perra es demasiado pequeña, pesa veinte quilos y me llega por las rodillas, yo creo que no aguanta mi polla, así que me contendré, pero jodeeeeeeer cómo me gustaria tener un buen perro macho ahora al que romperle el culo con todo cariño... darle pollazos... es que podría hacérmelo todos los días, en lugar de pajas, cuando no tuvieran nadie con quien follar, engancharía a mi perro y lo ensartaría.

Me estoy poniendo cachondo otra vez, así que lo dejo de momento, que quiero agarrarme bien la polla a dos manos.

Por cierto, de toda la zoofilia que he visto en mi aftereo de hoy, me quedo de lejos con los perros machos follados por tíos y con algo super guapo: tías comiendo pollas de caballos y burros. Joder, los cabrones sueltan litros pero litros de lefa, les peta la cara, se les cae de la boca como si estuvieran vomitando semen... con lo que me gustan a mí las eyaculaciones abundantes, ver una polla como mi brazo de gorda de un caballo soltando auténticos manguerazos de leche me ha puesto super cachondo. Me la bebería entera, joder.

6 comentarios:

  1. Yo no sé si sería capaz de follarme a un perro o a cualquier otro animal.

    Un abrazo.

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  2. Yo tampoco lo sé. Puedes hacerle daño y el animal no está decidiendo, incluso aunque pienses que disfruta. Es algo que he pensado ciego y caliente, una de esas fantasías extremas que a veces se me ocurren sobretodo si me he drogado mucho, pero a la hora de la verdad... Antes, he mirado a mi pequeña a los ojos y sé que con ella no sería capaz. Sí que es verdad que, al menos yo, he conocido a varios tíos que de adolescentes han confesado sus escenitas a lo ricky martin, perro y nocilla.

    En fin. Gracias por tu comentario! Que ilu me hace...

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  3. La verdad no tenía ideas preconcebidas sobre tu blog., Luego de comenzar a leer m,e has enganchado aunque no comparto tu gusto la manera en que lo cuentas es genial.

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  4. jolin gracias! espero que vuelvas ;)

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  5. hola yo soi el q te puso el comentario y aparte de gustarme como escribes lo primero q ago antes de meterme en este blog es agarrarme la polla para q mientras lo leo me corra al final
    me gusta muxo tu blog asiq x favor escribe aunq sea una vez por semana.
    muchas gracias :)

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  6. cada quien con sus gustos no somos nadie para juzgar, me ha venido a bien leer esto porque es diferente, y algo que asi nomás no he leido antes

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Venga, enlefanos un poco...