domingo, 30 de septiembre de 2012

Llenarme la cara de lechazos.

       
          Ah... da gusto estar en casa otra vez. Lo digo por dos razones...
       Una, el blog. Mola la sensación de volver a escribir, de volver a ver vuestras boquitas abiertas, relamiéndoos, y yo escupiendo trayazos de semen directos de mi polla a vuestra lengua, vuestra garganta, vuestros dientes... Está buena, ¿eh? Me alegro un montón cuando veo comentarios, gente que viene nueva o gente que lo visita periódicamente, tios que se la machacan al ritmo de mis historias, pervertidos como yo con el rabo en la mano, los huevos hinchados y ganas de reventarse de gusto... quinceañeros, adultos, gays, heteros... todos tragándoos mi lefa, lamiéndome el capullo, y yo corriéndome en vuestras putas bocas. Y es una sensación muy guapa.
   Tengo una parecida, aunque mucho más fuerte, en el sexo. Una sensación de "volver a casa". Me pasaba mucho con M, una chica con la que estuve saliendo mucho tiempo. Llegué a pensar en aquellos años que mi rabo estaba hecho para endiñarle por el coño, con la forma perfecta, hecho para encajar. Recuerdo que cuando por peleas o algo rompíamos, estábamos tiempo sin vernos, sin follarnos. Las reconciliaciones eran brutales, porque encima sentía la sensación ésta a la que me refiero: cuando tras días de sequía hundía todo lo largo de mi rabo en su cuerpo, cuando llegaba al final de su coño y apretaba la cabeza de mi polla contra su útero, cuando se la endiñaba de un golpe o lentamente para ir abriéndola con la polla, antes de empezar a darle con fuerza, me quedaba muy quieto, al sentir que estaba toda dentro, y me recorría ese gustazo desde la base de la polla hasta la nuca, ese gustazo que te da cuando llegas al final del coño. Y pensaba "Ya estoy en casa", y era tal la felicidad en ese momento, la unión con ella que sentía, que la reventaba a pollazos, susurrándole cuánto la quería y cuánto le iba a follar el coño. Ella se deshacía de gusto, la perra, una vez la corrí nueve veces, a cuatro patas, empujándola hasta que tenía toda la cabeza enterrada bajo la almohada, dándole y dándole y dándole... ella me suplicaba que parara, no podía seguir corriéndose más, pero yo iba hasta el culo de coca y era imposible pararme o correrme, quería más y más, la recuerdo llorando de gusto, pidiéndome que la dejara, que no siguiera dándole polla y más polla, hasta que empezaba el siguiente orgasmo y me culeaba como si no hubiera mañana, gritándome que se la clavara hasta el fondo. La manera en que su coño absorbía mi tranca en el momento de su orgasmo me volvía loco. 
       

          Me ha pasado también, por ejemplo, con Manu, un colega con el que he follado a veces. Manu... no nos gustamos como pareja, pero al menos él a mi  me pone muy burro, es super pasivo y ha tragado por el culo lo que no está escrito, y sobretodo por la boca. Le encanta que le coja de las rastas y le baje la cabeza con fuerza, hundirle el rabo hasta la garganta, apretar su cabeza contra mi pubis y no dejarle apartarse, con 17 cm de carne en toda su boca. A mí al principio me sabía hasta mal, pero a el le encanta y a mí, más. Qué cerdo me pone, joder. Cuando voy a su casa especialmente caliente, me mola entrar y no darle ni un beso, él normalmente está sentado en el sillón, y yo me pongo de pie, me saco la polla y los huevos y se la meto en la boca directamente, sin palabras. Pongo mi mano tras su cabeza, en el respaldo del sillón para no hacerle daño, y le empiezo a follar la boca una y otra vez, una y otra vez, sacándola casi entera y dándole hasta el fondo, hasta que la saliva empieza a gotearle por toda la barbilla y se me hinchan las pelotas del gusto... y le encanta que le diga: "¡Te vas a comer toda mi polla!¡Traga, cabrón, traga!" Y cuando empiezo a escupir lefa me encanta hundírsela bien al fondo, sus labios pegados a la base de mi rabo, toda su boca llena de polla, sin moverme, cojerle la cabecita abrazándolo y sentir como mi semen cae por su garganta mientras me corro de gusto, con el capullo encajado allí hasta que no me quede una sola gota en los cojones. Bebiéndose mi esperma, dándole un biberón de polla como a un niño bueno... En ese momento le acaricio con suavidad y le susurro: "trágatela toda, cariño, come lefa hasta que te hartes". Y vaya si se la come, el bendito. Es ahí, con el rabo clavado hasta el fondo de su boca y dándome latigazos de gusto, cuando tengo la sensación otra vez, la de "estoy en casa".

         La segunda razón para sentir que da gusto volver a casa, es que he vuelto a la ciudad donde nací, dejando mi isla perdida del meditárreno hasta dentro de unos meses. La isla es un sitio guapísimo, pero las drogas son una mierda. Por eso no he escrito en todo el verano,ya que aunque he tenido afters, pajas y polvos memorables, no estuve nunca lo bastante ciego de speed para animarme a contaros algo nuevo. 

            Pero eso ahora ha cambiado, porque otra cosa no, pero si de algo sabemos en mi ciudad, es de fiesta y drogas. Llegué hace una semana, hoy ha sido mi primer día de salir de fiesta y me lo he pasado como un enano. Además, aquí estoy, al pie del cañón que me crece entre las piernas, duro y lubricado, recto como sólo una polla puede éstar, escupiendo chorros de líquido preseminal en mi café con leche. Joder, es que estoy tan caliente hoy que no paro de eyacular precum, algo que no me pasa casi nunca, con lo que me excita doblemente. Menudo empacho de lefa me voy a pegar, hoy me corro sobre mi boca como que me llamo Chorro, no voy a dejar ni una gota. Se me hace la boca agua y me golpea furiosa la polla sólo de pensarlo. Cuando he tenido la imagen en mi cabeza he tenido que soltarme el rabo porque he estado a punto de correrme. Pero no, aún no. 

            Aunque en lugar de hablar más de mí, el rabo que me cuelga y los huevazos que lo acompañan, os voy a proponer algo...


          Veo en las estadísticas y en los comentarios que lo visita más gente de la que esperaría, tíos con ganas de cascarse una buena paja, gente que llega de casualidad y esas cosas. Me pone un huevo pensar en tantos chavales, mayores, tíos en general, corriéndose la polla mientras leen mis cosas. Me encantaría que me pudierais ver mientras escribo, parando a ratos para meneármela, sobándome los huevos a conciencia, dejando caer semen o pre-semen sobre el teclado, sobre mi boca, corriéndome como un puto animal una, dos, tres veces, con la polla a punto de estallar... bueno va, sí voy a hablar un poco más de mi polla. Joder, como para ignorarla, ahora está que me parece que si me levanto del sofá me revienta en corridas, sólo de moverme.


   En fin... en general, me molaría un huevo que me pegaran una pillada mientras me la machaco. Rollo mi madre, o mi hermana, o un amigo, no sé. Justo en el momento de vomitar toda la lefa, se abre la puerta y yo tengo el cipote bien duro, dándole con la izquierda hasta sacarle brillo, mientras los chorros salen con fuerza, las venas a punto de estallar... una pedazo de corrida en toda regla. Mi amigo, mi padre o mi hermana se quedan mirando el espectáculo, con la lefa llenándo mi cuerpo, la silla, el suelo, el rabo temblando de gusto con cada escupitajo de semen, corriéndome a base de bien, una de esas megacorridas en las que quieres dar gracias a Dios por cada centímetro de polla que te ha dado... y lo mejor: nada de sorprenderme o avergonzarme cuando me pillan, ¡todo lo contrario! mantenerle la mirada a mi padre, o mi hijo, o mi vecina, sin atisbo de culpa, con la cara desencajada del gusto, gimiendo con fuerza animal, y mirándole a los ojos, disfrutando cada segundo del orgasmo, de la leche llenandome las manos, las pelotas, la boca y el pecho, sonreir con un hilillo de baba en los labios de puro placer, como diciendo: "Mamá mira como me corro, joder, mira a tu hijo reventando de gusto."


O encontrarme yo a mi padre así, en el comedor, con una polla más gorda que la mía, más oscura, reventándosela a pajas, dura como la piedra, follándose su puta mano como una bestia, chorreando la misma leche caliente de la que salí yo, y que me ponga tan caliente que me corra sin sacarme siquiera el rabo del calzoncillo, amorrarme a su puta polla y tragarme todo el semen, todo el pollón entero, oler sus cojones pegados a la boca, mi padre convertido en una puta máquina de follar bocas, mi boca, como si fuéramos dos animales y no padre e hijo, dándome kilo y medio de carne de puro rabo con el simple objetivo de conseguir su placer, follarte, taladrarte, encularte para mayor gusto de su rabo y sólo de su rabo.

Y lo que me parece la mejor fantasía de pajas pilladas: pillar a mi hijo.
Creer que mi retoño de doce o trece añitos es un angelito, un niño inocente que juega con soldaditos y un día, al entrar a su cuarto, verlo en plena faena como sólo un adolescente salido puede hacer, jugando no con soldaditos sino con toda su polla, rollo en pelotas del todo, usando crema o aceíte, casi sin pelo aún, con olor a huevos jóvenes, a polla nueva, que al verse pillado se le ponga más dura aún, que saber que lo estoy mirando le reviente el orgasmo de gusto en plena polla, sin avisar, sin poder controlarlo con su inexperiencia, absorbido por el placer adulto en su cuerpo de niño, que se corra con fuerza mientras me mira, casi incapaz de no sentir ni percibir nada que no sea la cabeza de su tranca, el cuerpo de su tranca, los cojones, el perineo y el culo, manteniéndo la consciencia a duras penas porque se está muriendo de gusto, chorrazos de leche a un metro de distancia, con fuerza, una leche espesa y blanca, densa densa de no ordeñarse los huevos a menudo, la polla tan dura que no la puede ni mover, y más lefa, montones de lefa, una corrida inacabable, mezclandose en su carita de niño la inocencia y el tremendo gusto que le da su polla, gimiendo de placer, y su polla disparándo más y más moco, como una ametralladora, sin parar de apretarse los cojones, tensarlos, acabar de eyacular pero no parar de masturbárse, no poder parar, querer más y más y que su expresión diga "otra corrida, por favor, quiero volver a correrme una y otra vez"... correrse su pequeña gran polla de treceañero dos veces seguidas y ni aún así se le baja, y seguir dándole, y dándole, y dándole...
 
Ufffff que corrida tengo en la punta de la polla... cuando me salga voy a gritar como un puto cerdo de gusto... la tengo tan dura y sensible que en realidad siento una especie de suave orgasmo contínuo, toda la polla me arde de gusto, como si estuviera todo el rato iniciando la corrida... madre, hoy me la reviento, verás. Hoy me explota de tanta sangre, de tan dura, de tirar tanto moco de lefa. Estoy tan cachondo que quiero joderme entero, con lo que sea, quiero un rabo de veinte centímetros y ancho como mi puño taladrándome el culo, y lo quiero YA. Espero que no me pille nadie de mi familia ahora con el rabo en estás condiciones,  porque os juro que al primero que entre en la habitación me lo calzo, me lo follo en tres golpes, sea quién sea... Tengo que tranquilizarme o me acabaré corriendo, ya me da gusto hasta respirar... ohhh joder. Voy a fumar y volveré, o acabaré corriéndome...
 
              Bueno, lo que os quería comentar antes de que me pusiera a meneármela contandoos mis fantasías de pajas pilladas. Me mola la idea de que me vean, la idea de que os excita lo que escribo, sí, pero... también mirar. Es una pena que yo no actualice muy a menudo el blog, y todos somos igual de pervertidos, todo el mundo, sólo que algunos lo reconocemos y otros no. Así que... he pensado que va siendo hora de que yo me trague vuestra leche. ¿Un poco al menos, no? Me apetece pajearme con vosotros, que alguien que no sea yo escriba las cerdadas que quiera, se haga fotos del rabo, lo que quiera. Que me caliente mientras leo las perversiones de otros, que compartamos chorrazos de lefa calentita, que nos comparemos las pollas, que nos corramos mano a mano. ¿Qué os parece? Sin obligación de entradas, escribiendo cuando os apetezca haceros una buena paja o que alguien más se la haga a vuestra salud. Intercalando vuestras historias y las mías.

            Sólo pondría un par de condiciones: Una, que lo que escribais sea del estilo del blog, no relatos o historias eróticas, sino algo más cercano, sin estructura de historia, sino de blog personal. Incluso aunque sea inventado o exagerado ;) eso es lo de menos. Y la otra cosa, cuidar el lenguaje, tanto para bien como para mal. Queremos frases bestias, imágenes mentales que nos hagan despertar la polla de golpe, ponernos burros a base de pornohistorias. Estamos aquí para corrernos la polla, y para corrérnosla bien. Haced que me trague toda mi lefa cuando me corra, que quiera romperme el culo mientras me lo follo con un pepino, que me reviente el rabo una y otra vez.

Y ya está. Podeís participar quienes querais, menores, mayores, que sea la primera vez que vienen o no, da igual. El método es el siguiente: me dejais en los comentarios la petición para participar, con un mail o comentando con vuestra cuenta de gmail (es necesaria una), y yo os envío la invitación por correo. Luego, ale, a darle a nuestros rabos a base de bien.

Y yo ya he escrito y hablado bastante. Voy a salir al balcón, hace buen tiempo aún y quiero que la leche calentita de mis cojones riegue a la gente que camina por la calle. Voy a salir en pelotas, apoyarme en la barandilla y masturbarme a la vista de toda mi puta ciudad, mis vecinos y quién quiera que mire. A dos manos, como me hago las buenas pajas.

Pequeña gota de lefa: Algunas de las imágenes las he robado del blog Un extraño llama a tu puerta, lo he descubierto hoy buscando imágenes y me ha parecido muy guapo. Imágenes de buenos rabos, reflexiones, erotismo, metafísica gay y... bueno, echarle un vistazo. Y Gracias al blog por las imágenes, me han dado un calentón...

Actualización, mismo día, 1 de la madrugada: hace un rato que me he dado la corrida padre, me he hecho una paja viendo vídeos de lechazos a cámara lenta con la que he visto el puto paraíso desde mi capullo. Los latidos que ha pegado mi querido pollón mientras le ordeñaba la lefa han sido de lo más placentero que he tenido nunca. Joder, que corrida. Y larga, chorros y chorros... me había traído un pequeño cruasán de la cocina, abierto. Los últimos escupitajos de rabo han ido dentro, bien untaditos. Me he comido el bollito mientras me fumaba un cigarrillo en el balcón, en pelotas, con la pedazo de polla que tengo intentando como podía volver a su pequeño estado original... aunque ha sido tal el nivel de ensanchamiento a base de endurecerse de sangre, que más de media hora después aún la tengo medio dura. Que corrida, dios. Ya puedo irme a dormir... pero me la voy a menear otra vez, en plan homenaje. Y voy a por otro cruasán, la alimentación es muy importante...