martes, 13 de marzo de 2012

El desayuno de los campeones.

La verdad, me encanta comerme el semen. Me lo trago enterito cuando se la como a un tío, lo saboreo y rebaño la polla para no dejarme nada. Además de gustarme su sabor me pone muy cachondo, es como estar bebiendo de un biberón de polla.

Y claro, también me gusta comerme el mío. Anoche después de todo el día retrasando el momento me hice una pedazo de paja que casi me muero de gusto. De hecho, me hice dos, pero la primera fue épica. Tenía la polla tan dura que apenas podía cerrar la mano y notaba las venas latiéndome entre los dedos. Cuando eyaculé fue a chorrazos enormes y densos, esta mañana había manchas por los lugares más insospechados de mi habitación. Hmmm y luego el postre, me chupé las manos con deleite, recogí los lechazos de mi pecho con los dedos y me comí todo todito. A los diez minutos quería más y me casqué otra paja con el sólo objetivo de ordeñarme. Y luego he dormido como un bendito.

Aunque chuparme los dedos lo hago a menudo, cuando era más pequeño me gustaba ponérmelo en la comida. Con catorce o quince años metía la polla en mi café con leche en el momento del orgasmo y luego me bebía la corrida bien mezclada. Cuando mis alteradas hormonas adolescentes concibieron que un bocadillo de jamón aceitoso sería lo bastante parecido a un coño empecé a follarme la merienda muchas tardes. Ponía el rabo entre el pan, lo cerraba apretando con las dos manos y movía las caderas apoyando el bocata en alguna superficie que fuera de la altura apropiada. Normalmente el pan acababa troceado y hecho polvo de tanto mete-saca, pero las veces que aguantaba luego disfrutaba con la leche untada por todo el pan. Incluso salía como si nada de la habitación y seguía merendando en el comedor, tragando mi lefa a la vista ignorante de mi familia.

Tanto hablar de semen me está dando hambre, así que luego me daré una alegría. Mi polla está pidiéndome guerra desde hace ya un rato pero voy a esperarme a la hora de la siesta.

Vasito de leche y a dormir.

lunes, 12 de marzo de 2012

El speed me pone a mil, 2ª parte.

Antes de leer esta entrada, tal vez quieras leer la primera parte de la historia.


En fin, he conseguido no correrme a pesar de que prácticamente se me caía la baba, y ahora estoy más tranquilo. Voy a comerme un mousse de chocolate ¡hmmmm! que me encantan, y aunque me ha tentado la idea de ir metiendo la polla en la tarrina, luego se queda toda pegajosa y me apetece sobarme cómodamente, así que he hecho otra delicatessen: ahora tengo la cabeza de la cucharilla embutida entre el pellejo y el capullo, bien calentita, para que vaya cojiendo sabor. Me fumaré un cigarrillo mientras la impregno bien de polla y luego me comeré mi mousse. Mientras, os sigo contando el resto de la historia.
(nota al margen: mira si se me agarra bien la jodída cuchara que puedo andar con ella colgándome del rabo sin que me caiga. Ohhhhh y que gusto da mover la cuchara, te remueve el capullo como si lo tuvieras cogido sólo de delante y con el roce... ohhhh que gusto)

En fin, me había quedado en que eran cerca de las doce y me tenía que ir a currar. Entraba a la una pero tenía que ir a mi casa a por el uniforme, así que me he vestido mientras me masturbaba paseándome por toda la casa, con las ventanas abiertas y disfrutando del solecito que ha hecho hoy. Me he puesto todo el paquete a un lado -que no lo suelo hacer, me gusta más cómo queda en el medio- y me he subido bien los vaqueros que siempre los llevo algo caídos. Resultado: un bulto enorme a mi izquierda, bien apretado. Ni que decir tiene que en el ascensor me he vuelto a sacar el rabo y le he dado a base de bien, quería ir por la calle como si no pudiera casi andar. Me he hecho un par de rayas más y de camino, en el metro, me he entretenido con un chavalín de veinte años sentado frente a mí que estaba como un queso, mirándole sin disimulo los músculos de los brazos y el pecho. Tal y como estaba sentado, mis cojones sobresalían como una montaña por entre los vaqueros, y cuando lo he pillado mirando le he mantenido la mirada para luego bajar a su propia polla. Y así, distraído, he llegado a casa.

Por circunstancias que no vienen al caso, llevo un par de meses viviendo en casa de mis padres, durmiendo en el sofá de la salita. Cuando he llegado estaba sólo mi padre, y yo tenía prisa. Me he metido corriendo a la ducha, me he pegado la mano a la polla y no la he soltado en todo el rato. Mientras me desvestía, mientras me caía agua, mientras me enjabonaba con la otra mano, incluso mientras me lavaba después los dientes me la he estado machacando como si tuviera un motor a reacción en el brazo. Con la ducha y las horas pasando mi polla volvía poco a poco a recuperar su plenitud y he estado a punto de correrme varias veces. El roce del agua caliente en los cojones es insuperable. Además, para no hacer feo a un día de speed como hoy, no he cerrado el baño con pestillo, meneándomela directamente frente a la puerta. Sabía que mi padre no iba a entrar, pero es una transgresión que me gusta hacer con mi familia. Incluso cuando me ha hablado a través de la puerta para decirme que se bajaba a la calle, he seguido dandome gusto sin disminuir la marcha ni un poco. No sé como no me ha salido un gemido de placer cuando le he contestado. Hablar como una persona normal mientras tienes la polla a punto de explotar es complicado.

En el curro he tenido que centrarme en otras cosas, ha sido un día un poco asqueroso, pero he seguido pajeándome mientras me ponía el uniforme.

Aprovecho la elipsis para hacer una pausa y decir un par de cosas: la mousse estaba buenísima y tenía un deje a rabo que me ha encantado. Es una pena que casi nunca eyacule líquido preseminal porque la mezclita podría haber sido la bomba.

La otra cosa que quiero comentar es que ya estoy cómodamente en la salita donde duermo, a oscuras, con los pantalones por las rodillas y un cipote entre las piernas apuntando directamente al monitor. Veamos si no pierdo la paciencia de escribir a una mano porque la derecha no me la despega de mi polla ni dios.

En fin, he salido del curro y poco más ha dado de sí el día revienta-polla de after de speed. De camino a casa se me ha ocurrido la idea del blog y al poco de llegar me he puesto a ello. Si que iba bastante caliente cuando he llegado aquí, así que lo primero que he hecho ha sido ponerme un pijama ligero sin calzoncillos, ir a hacerme un vaso de leche y pajearme en plena cocina mientras le daba al microondas, con los cojones al aire. Mis padres estaban en el comedor y les he retado mentalmente a que vinieran a la cocina. 

Y ya está por hoy. Ahora a mí me quedan algunas horas de masturbaciones, porno y perversiones. Tal vez vaya luego a por un pepino y me lo hinque, aunque hoy me apetece más correrme por la polla. Porque después de todo el día dándole, tened por seguro que tarde o temprano me voy a pegar tal corrida que los lechazos me van a llegar a la boca. Hm... así me la podré comer.

El speed me pone a mil,1ª parte

Ay, que día más animado llevo... el olor a polla no se me va a ir de las manos ni aunque me lave con lejia.  Hm... que bien huele...

Anoche salí un rato con mi amiga Fany y unos colegas suyos que nos encontramos por ahí. Sólo somos amigos pero a mi a temporadas me ha gustado y cuando nos ponemos ciegos fantaseo con follármela. El caso es que nos hicimos speed, y claro, al volver a su casa de after ya los dos solos, con todo el ciego iba más caliente que una plancha. Sólo tenía ganas de enseñarle rabo. Le he pedido que me dejara un pijama o algo para ponerme cómodo, y ni corto ni perezoso me he cambiado delante de ella, quitándome los vaqueros y los calzoncillos. He de decir que tiene novio y tenemos mucha confianza, de manera que no es tan raro que me desnude un momento aunque ella mire.  Lo ha disimuladamente y eso aún me ha puesto más caliente. Mientras, hablábamos como si tal cosa, y yo me llevaba la mano a los huevos todo el rato, me hinchaba el paquete, me lo colocaba, me ponía de pie para que me notara el bulto... a mí me gusta hacerlo como si no pasara nada, como si no tuviera ninguna intención sexual y fuera todo casual, así que nos hemos puesto una película y nos hemos tapado con la manta.

Ella estaba a mi lado, pegada casi a mi, sentados en el sofá. Yo, bajo la manta, me he sobado directamente a dos manos. Con la izquierda me acariciaba las pelotas y con la derecha me meneaba lentamente la polla, mientras veíamos El Laberinto del Fauno como si nada. Con el speed me costaba que se me pusiera tiesa, claro, así que la tenía todo el rato morcillona, y me levanta con cualquier excusa para que viera mi medio empalme. Estoy seguro de que ha mirado.

Y de repente, con otra raya, se me ha ocurrido una cosa: bajar a por tabaco. Me he cambiado otra vez delante de ella, sin ponerme los calzoncillos y con calma además, como si me quedara embobado con la película, para que viera rabo tranquilamente, y le he dicho que volvía enseguida que iba al estanco. Ay....!!! Vive en un octavo, eran las nueve de la mañana, así que nada más entrar al ascensor me he sacado la polla y me he empezado a masturbar mientras bajaba los ocho pisos. Pero no tranquilamente, no, quería ponérmela dura para salir a la calle así que le he dado como si fuera un motor, mirándome al espejo del ascensor, viendo mis cojones apretados entre los botones de la bragueta y éstos desabrochaos totalmente, y la polla me ha empezado a crecer como una perra...

He llegado abajo y me he compuesto el paquete dentro del pantalón, pero ahora, sin calzoncillos, tenía diecisiete centímetros de carne apretada entre la pierna y el vaquero, bien puesta a un lado en todo su esplendor. Y he salido a la calle.

Que gustazo el roce de los pelos de mi pierna contra el capullo, el roce de la tela, la tensión de la erección mientras caminaba. Me he cruzado con algunas personas, claro, y sonreía por dentro mientras marcaba polla. Me imagino que a más de uno se le habrá ido la vista, y lo que habrá pensado, y eso me pone super cachondo. Pero bueno, entre el speed y todo eso la dureza del rabo ha empezado a menguar. He vuelto a casa de Fany con tabaco y cogiéndome los huevos cada pocos pasos con la excusa de recolocarme bien la carne, y al entrar al ascensor para subir... ¡si! otra mega machacada... Me iba a cambiar otra vez de ropa delante de ella y quería mostrarle todo mi esplendor, aunque no ha pasado de un buen amorcillamiento con descapullamiento incluído, que estoy seguro de que Fany ha disfrutado mientras yo me hacía el loco.

Ay... a esas alturas del ciego yo sólo era una gran polla pensante, sólo tenía mente para mi polla, mi polla, mi polla... al final Fany -que se ha drogado menos que yo- ha dicho que se iba a la cama que estaba cansada, así que me he quedado yo sólo en el comedor... jejeje que ganas tenía. Conforme se ha metido en el cuarto -sin cerrar la puerta- me he bajado los pantalones hasta media pierna y ale, a darle gusto. Me la machacaba rápido, con furia, me apretaba los huevos para intentar a lo bruto lo que el speed no me dejaba, que era tenerla como una puta piedra, mientras ponía cualquier cosa en la tele. Me gusta masturbarme mientras hago otras cosas, sin llegar a correrme, ponérmela dura, parar y volver a empezar, y así estaba, viendo no sé que canal, con los pantalones bajados y la polla a dos manos, en el comedor de mi amiga y mirando a la puerta de su cuarto, deseando que saliera a mear o a cualquier cosa y me viera pelándomela como un mono. Como ya he dicho, tenemos confianza, así que le hubiera dicho que estaba muy ciego y que necesitaba hacerme una paja. Joder, cómo me iba a importar lo que pensara si me pillaba si lo que quería era precisamente eso. No follármela, ni hacerlo yo delante de ella, si no que me pillara en pleno gustazo. Y no poder parar y correrme a chorros enormes mientras me mira...

En fin, se han hecho las doce del mediodía y he tenido que irme a trabajar, pasando antes por mi casa a darme una ducha, pero seguiré contando todo mi dia revienta-polla de hoy luego, en otro post. Voy a salir a fumarme un cigarro al balcón mientras me cojo el puro con la derecha y miro tranquilamente a la calle mientras me lo descabezo.

ACTUALIZACIÓN TRAS EL CIGARRILLO: Me estoy haciendo una paja a dos manos que estoy viendo el paraíso. Si no me reviento la polla de gusto escribiré en un rato el final de este dia. Joder, cómo se nota que ya se pasa el efecto del speed -son las nueve menos cuarto de la noche-, dos manos y son pocas para tanto rabo. Que gusto.

Meneándomela desde los once años.

Ah... el primer post, que ilusión. Me recuerda a la primera vez que me corrí, con once añitos. Ni siquiera eyaculaba nada aún, pero ya sabía ponérmela a reventar, dura como una piedra, jugando con mi polla mientras hacía los deberes. Y de repente, un día, booooom!!!!!!!

Que gustazo. Si me concentro, aún puedo recordar el olor de mi polla a esa edad, que no es el mismo que ahora. Aquel aroma en mi mano... el olor de mi polla infantil aún me pone cachondo, polla enorme para mis ojos inocentes de aquel entonces, una estaca llena de venas y recta como un palo azotada enrojecida hasta la corrida, una y otra vez, una y otra vez...

A ojos de mis padres, de mi familia, parecía seguro un niño inocente, pero ya entonces ideaba travesuras perversas de cintura para abajo que ya iréis conociendo . En fin, me he hecho mayor y en eso no he cambiado. Sigo siendo un guarro, un hedonista absoluto de mi polla, mis pelotas y mi culo.

Y aquí voy a ir contándolo, para mi propio disfrute exhibicionista y el vuestro. El día que me hinque un pepino por el culo os lo contaré, si me vuelvo a follar un bocadillo y luego me lo como con toda la leche bien untada como hice con quince años os lo contaré, cada rabo o cada coño que me coma o folle os lo contaré... en fin, todas mis pequeñas perversiones.

De momento, aquí estoy, hoy, por unos motivos que contaré en la siguiente entrada, escribiendo con una mano mientras me la machaco con la otra, jugando, sobando mis pelotas, saliendo al pasillo de mi casa empalmado con cualquier excusa, y tomándome un café con leche. Leche de vaca, pero todo se andará.

Ah, y por ser el primer día, una fotillo de la prota del blog.